Como ya sabemos, comer jamón es uno de los mayores placeres gastronómicos, no hay necesidad de combinarlo con ningún alimento adicional, pero un trozo de pan para acompañar al jamón ibérico siempre es de agradecer.
Los expertos recomiendan consumirlo como algo único, no obstante, existen combinaciones que nos ayudan a percibir otros matices que por sí solos pasarían desapercibidos.
En España es muy habitual comer pan con los aperitivos y gran parte de la comida, sobre todo para mojarlo en salsas. El más habitual es el pan hecho con trigo.
En muchos bares te sirven los productos ibéricos con picos de pan, que no son más que pequeñas barritas de pan crujiente que acompañan perfectamente a las lonchas de jamón.
En otras ocasiones nos sirven las raciones con una pequeña cesta de rebanadas de pan crujiente, bien provenientes de una hogaza de buen pan de pueblo, o más sofisticado y fino como el llamado pan de cristal.
Si nos apetece comer un buen bocadillo de jamón ibérico, lo ideal sería meterlo en un pan con corteza crujiente, con miga esponjosa y si tiene sabor a aceite de oliva hará que se potencie aún más el sabor del jamón.
En algunas regiones de España, como Cataluña, Aragón o Andalucía, es costumbre untar en el pan, tomate y ajo, esto hace que se enmascare un poco el sabor del jamón, pero le da un toque especial al conjunto, que hace las delicias de cualquier desayuno o aperitivo.
Actualmente existen otras variedades de pan como el de aceitunas, finas hierbas, cebolla, tomate e incluso sabor a queso, cualquiera de estos nuevos sabores no son los mejores aliados de nuestros ibéricos.
En definitiva, un buen pan para acompañar al jamón ibérico es el perfecto socio para disfrutar de cada loncha.
En La Casa del Jamón, os asesoramos personalmente de los mejores maridajes de los ibéricos elegidos.
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