Aunque algo más tarde de lo normal, el verano ya se ha instalado en nuestro país y con temperaturas muy elevadas. Aprendamos a cómo prevenir el efecto del calor en el jamón.
No solamente sufrimos las personas los efectos estivales, sino que hay que tener especial cuidado con los alimentos que tomamos en esta época del año, ya que pueden alterarse sin darnos cuenta y echar a perder la experiencia de degustar un buen jamón, por ejemplo.
Vamos a enfocar el siguiente artículo en el buen cuidado del jamón, y a cuidarlo del sofocante calor del verano.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que lo más importante es conservarlo en un sitio fresco y seco, en ningún momento tiene que darle luz directa a la pieza.
Algo muy importante es que cuando decidamos empezar a cortar y preparar nuestro jamón, tendremos que hacerlo en una zona con temperatura media y sin que el sol incida sobre él directamente.
Si algo caracteriza a nuestro exquisito jamón ibérico es la grasa que aporta un sabor especial y una jugosa textura al paladar.
A la hora de cortarlo, como hemos dicho en otras ocasiones, deberíamos obtener lonchas muy finas, con tamaño mediano, que prácticamente se deshagan en nuestra boca nada más ingerirlo.
Por eso os dejamos este consejo, ya que es muy importante que la loncha cortada se deshaga en nuestro paladar y no en el plato donde servimos el jamón.
Os recordamos que prevenir el efecto del calor en el jamón, situándolo en un sitio fresco, hará que podamos disfrutarlo en su plenitud, en las reuniones con familiares y amigos. Es tiempo de barbacoas, y el jamón es el aperitivo perfecto junto a una buena copa de vino.
La Casa del Jamón os desea feliz verano en compañía de amigos y familia y como no, de buenos alimentos.
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