El jamón es un alimento delicioso de la gastronomía española. Si bien estamos acostumbrados a tomarlo tal cual, en realidad es un ingrediente perfecto para infinidad de recetas. Una de las formas de prepararlo es haciendo un crujiente de jamón, que le aporta una textura diferente y sabrosa a las elaboraciones.

Para que lo disfrutéis en casa, hoy en La Casa del Jamón os enseñamos a prepararlo de distintas formas.

Cómo preparar crujiente de jamón en casa

Hay varias maneras de obtener en casa un delicioso crujiente de jamón.

Por un lado, se puede hacer al horno. Para ello, precalentaremos nuestro horno a 180ºC, con calor arriba y abajo. Mientras toma temperatura, dispondremos las lonchas de jamón en una bandeja cubierta con papel de horno.

Cuando el horno esté a la temperatura ideal, cocinaremos a 180ºC durante 20 minutos aproximadamente o hasta que estén lo tostadas que queramos.

Un truco: si no queremos que las lonchas se curven o ricen, cubriremos con otro papel de horno y colocaremos encima otra bandeja de horno para que el peso evite que se levanten.

Tal vez, si no tienes pensado utilizar el horno para otras recetas, esta opción no resulte tan interesante económicamente. Por eso, te proponemos conseguir tu jamón crujiente hecho al microondas.

Para ello, colocaremos en un plato un trozo de papel de cocina. Sobre él, extenderemos las lonchas de jamón separadas y cubriremos con un segundo papel de cocina. También podemos poner sobre el papel de cocina superior otro plato para que haga presión.

Tras presionar para que se quede pegado el papel al jamón, meteremos en el microondas durante 2-3 minutos a 700W. Si al sacarlo no está suficientemente crujiente, repetiremos en tandas más breves hasta conseguir el punto deseado.

Finalmente, está la opción de la sartén. Basta con poner la sartén a fuego medio y pasar las lonchas de jamón hasta que queden crujientes por ambas caras.

Dónde emplear el jamón crujiente

El jamón crujiente es ideal para añadir a ensaladas, salsas cremosas de queso, sopas frías de melón o tomate, gazpacho, salmorejo, pasta… También es ideal para decorar otras recetas, a modo de peineta. ¡La imaginación es el límite!