La gastronomía española está repleta de deliciosas elaboraciones hechas con jamón. Entre ellas, destacan las tapas, que inundan las cartas de restaurantes y bares. Hoy, desde el blog de La Casa del Jamón, os hablamos sobre el caballito de jamón, una tapa típica de Sevilla que triunfa desde hace décadas.

Origen del caballito de jamón

El caballito de jamón sevillano es una deliciosa tapa tradicional que forma parte de la rica gastronomía de Sevilla. Este bocado típico se caracteriza por su sencillez y su exquisito sabor, convirtiéndose en un clásico imprescindible en las tabernas y bares de la ciudad.

En esencia, el caballito de jamón es un canapé sencillo pero sabroso. Se trata de una rebanada de pan, típicamente de barra o bollo, frita en aceite de oliva. La estrella del plato es una loncha generosa de jamón, usualmente jamón ibérico, que se coloca sobre el pan frito. Para mantener todo junto y permitir comerlo en un solo bocado, se sujeta con un palillo.

La textura crujiente del pan frito contrasta a la perfección con la jugosidad y el sabor intenso del jamón, creando una experiencia gastronómica única.

Se cree que el caballito de jamón surgió a mediados del siglo XX. Al parecer, su popularidad se extendió rápidamente por los bares sevillanos, convirtiéndose en una tapa habitual. Sin embargo, en las últimas décadas su presencia ha ido disminuyendo.

Por otro lado, el origen del nombre «caballito» no está del todo claro. Una teoría sugiere que la forma alargada del pan frito con la loncha de jamón encima recuerda la silueta de un jinete a caballo. Otra teoría apunta a que el nombre podría ser un diminutivo cariñoso para referirse a esta tapa tan popular.

Sea como fuere, este icónico plato sevillano ha conquistado los paladares locales y visitantes, convirtiéndose en una tapa imprescindible para aquellos que desean disfrutar de la auténtica cocina andaluza.